domingo, 9 de enero de 2011

Crítica - "Más allá de la vida" (2010), de Clint Eastwood: DE AQUÍ A LA ETERNIDAD (por halbert)





La muerte de personas cercanas nos deja una sensación de desamparo, de carencia afectiva irremediable, que puede afectar el curso de nuestras vidas. A pesar de saber que tendremos que enfrentar esas pérdidas, la muerte pareciera ser un tema que los seres humanos no incorporamos nunca como parte de nuestra existencia. Resulta sumamente arduo superar la muerte de un hermano, un cónyuge, un hijo… Es necesario vivir el dolor de las pérdidas para poder seguir con nuestras vidas y continuar creciendo.
Sin embargo, muchas son las personas que no pueden asumir la muerte, y desean conectarse con sus seres queridos que dejaron este mundo terrenal. Las pérdidas familiares dejan un vacío tal que surge la necesidad de saber si hay un “más allá”, si los que se fueron están bien en ese nuevo lugar.
Clint Eastwood se anima a encarar en "Hereafter" este tema espinoso y complejo, a través de un guión de Peter Morgan, entrecruzando tres relatos de forma alternada.
El filme gira en torno a la historia de tres personas que han sido tocadas por la muerte de diferentes maneras. George (Matt Damon) es un obrero estadounidense que tiene una capacidad especial y logra conectarse espiritualmente con el Más Allá; pero más que como don, lo vive como una pesadilla y quiere alejarse de su pasado como médium. En la otra parte del mundo, Marie (Cecile De France), una periodista francesa, ha sufrido una experiencia cercana a la muerte (es una sobreviviente del tsunami asiático) que ha trastocado su concepto de la realidad, y su personalidad aguerrida y fría se modifica por completo. Y Marcus es un niño londinense que ha perdido a su hermanito gemelo en un accidente y necesita respuestas desesperadamente, ya que no puede dejar ir a su otra mitad. Cada uno de ellos intenta continuar con su propia vida, y lo vemos en un montaje alterno, saltando de una historia a la otra.
La película, producida por Steven Spielberg, abre con la secuencia del tsunami, recreando increíblemente, con efectos (más que) especiales, la catástrofe considerada como el noveno desastre natural más mortal de la historia moderna.
La proyección de la película transcurre sosegadamente, con largas secuencias que van mostrando el perfil de los tres personajes protagonistas, hasta que (demasiado casualmente) se comienzan a interrelacionar.
Matt Damon compone con ajustado tono a su desesperanzado trabajador, que huye de su capacidad de conectarse con los muertos, para intentar, de a poco, conectarse con los vivos. Es por ello que se anota a unas clases de cocina y allí conoce a una tierna mujer (excelente Bryce Dallas Howard), resultando muy cálido y sensible el acercamiento romántico con ella, a pesar de que ésta esconde algo que puede interferir en la relación.
También es de destacar la historia de los niños gemelos y la tierna relación con su alcohólica madre, logrando escenas de alto contenido dramático y muy bien actuadas.
Eastwood sigue filmando tan bien como siempre y sigue siendo autor de la música de sus historias (algo repetida en esta peli). A pesar de no ser un gran filme dentro de su intensa y vasta filmografía, logra conmover, más especialmente a aquéllos que creen que el “Más allá” nos espera del otro lado.

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