viernes, 1 de julio de 2011

Crítica - "La chica de la capa roja" (2011), de Catherine Hardwicke: "...PARA ABURRIRTE MEJOR..." (por halbert)














Esta nueva adaptación del clásico de Charles Perrault ”Caperucita Roja” relata la terrorífica vida en el pueblo de Daggerhorn, que durante años se ha visto atacado por el lobo, que en cada noche con luna de sangre se lleva la vida de un ser humano. El filme comienza con la muerte de la hermana mayor de la protagonista (que aquí no se llama Caperucita, sino Valerie) bajo las garras del lobo y la conmoción familiar que ello acarrea. Además, Valerie se entera que sus padres van a casarla con el heredero de la familia más rica del pueblo, cuando ella está enamorada de Peter, el humilde leñador al que ha amado toda su vida. Mientras tanto, Solomon, un cazador de hombres lobo, irrumpe en el pueblo, advirtiendo que el lobo adquiere forma humana durante el día y que podría ser cualquiera de ellos.
En ello radica el principal atractivo del guión, ya que se intenta poner como sospechoso a cualquiera de los personajes (incluyendo a la abuelita, jugada por la legendaria Julie Christie). Por lo demás, el filme cuenta con diálogos trillados y lugares comunes en cuanto a la historia romántica.
Virginia Madsen representa a la madre de Valerie, con su rostro lamentablemente hinchado por las cirugías, mostrándola totalmente fuera de registro para una historia medieval (además de que jamás pierde el excesivo maquillaje a pesar de la muerte de su primogénita).
Gary Oldman aporta su profesionalismo en un rol que ya ha demostrado en varios papeles anteriores, aquí como el típico hombre obsesionado con la caza del lobo, que no mide consecuencias y se constituye como otro antagonista del relato.La puesta en escena (léase vestuario, maquillaje, escenografía, iluminación) así como los grandilocuentes planos generales con cámaras cenitales y cierto montaje acelerado o ralentizado en diferentes instancias, es lo más destacable de esta apuesta algo fallida.
Amanda Seyfried es lo suficientemente bella y agraciada para el rol, mezclando la inocencia y la sensualidad de su cabello rubio y sus ojos grandes y claros. Pero falta química en su relación con sus dos pretendientes (Shiloh Fernandez y Max Irons, olvidables), por lo que la parte romántica no adquiere el protagonismo y el nervio necesario.
Por suerte no falta el clásico diálogo de “Abuelita, qué grandes ojos tienes, qué grandes orejas, qué grandes dientes…”, pero sólo sucede dentro de una pesadilla de la jovencita. También, la tradicional caperuza roja tiene protagonismo en la vestimenta de Valerie, poniéndole colorido a una historia oscura en una nevada zona boscosa.

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