viernes, 19 de octubre de 2007

"Sin aliento", de Jean-Luc Godard: CUANDO EL CÓMO IMPORTA MÁS QUE EL QUÉ (por halbert)

El filme se inicia con un primer plano de la tapa de un diario; detrás de él se esconde Michel Poiccard, "asesino de la ruta 7", el alias con el que la prensa lo publicita. Sin embargo Michel no parece ser el típico asesino inescrupuloso, calculador y frío; más que nada se comporta como un maleante de poca monta que lo único que quiere es cobrar un dinero que le deben. Y durante la hora y media que dura la película, Michel fuma sin parar, escapa de la policía, roba autos y dinero, diserta con su amante Patricia sobre la belleza, la muerte y otros temas (entre otros, que ella está esperando un hijo de él) y se acuesta con ella. La joven, una hermosa norteamericana que trabaja en un diario, lo acompaña en la mayor parte de un filme que cuenta poco.
Pero si bien no estamos frente a una gran historia, sí ante un filme revolucionario por su forma de contar. Godard pertenecía al movimiento conocido como NOUVELLE VAGUE, un grupo de directores y críticos de cine que escribían en la revista Cahiers du cinema y que luego se desarrollaron íntegramente detrás de cámaras, haciendo sus propias películas (Truffaut, Chabrol, Godard, Rohmer y otros). Lo particular de los fundadores de este movimiento es que revolucionaron la forma de hacer cine y se convirtieron en "autores" de sus propias historias, sin la presión de los grandes estudios o productores; contaban lo que querían contar y, principalmente, COMO querían contarlo.
Las características que me parecieron particulares de "Sin aliento" se detallan a continuación:
una acción dramática contínuamente entrecortada, ágil, rápida, donde en muchas ocasiones un mismo diálogo fluido sigue su curso normal, pero la acción salta en espacio y tiempo (por ej. en el viaje en auto que realiza la pareja, o la charla que tienen en el departamento de Patricia);
una cámara que se encuentra en constante movimiento, con travellings y panorámicas que siguen la acción de los protagonistas (se sabe que en más de una ocasión los travellings de Godard se realizaban en silla de ruedas y con la cámara apoyada en sus piernas) ;
la utilización de escenarios naturales, mayormente las calles mismas de París, que incluyen las miradas curiosas de los transeúntes que pasan ante la cámara de un Godard al que no le importa mucho ser visto por ellos;
actuación natural de los protagonistas que no parecen advertir la cámara frente a ellos, salvo en un par de ocasiones en donde Michel le habla a los espectadores y , en el final, Patricia mira fijo a la cámara para luego dar la vuelta e irse.
La historia se cuenta de forma lineal, cronológica, en cuanto a que no se utilizan vueltas hacia atrás o adelante en el tiempo.
Sí se suceden según lo apuntado anteriormente, los cortes constantes en las acciones que se desarrollan, creando elipsis que agilizan tiempos que pueden considerarse muertos, por lo que el filme parece no detenerse nunca en un punto; y si lo hace (como en la larga escena dialogada en el departamento de Patricia) es
de manera tal que la edición muestra lo más relevante de ese momento, omitiendo, por ej., la relación sexual de la pareja o el momento en que se visten para irse.
La historia (basada en una idea de Francois Truffaut) cuenta muy poco; los conflictos parecen no tener demasiado peso o no están muy bien dramatizados, por ej.: el hecho de que ella pueda estar embarazada; el acorralamiento en el que la pone la policía si no delata a Michel; que él no pueda ubicar a la persona que le debe el dinero; el final repentino en donde las últimas palabras del moribundo protagonista no sean más que para insultar a su traidora amante; etc. . Pero sí es interesante que en ese momento final Patricia repita el gesto de pasarse el dedo por sus labios, tan característico de Michel.
En muchas ocasiones, en contraste con los constantes planos entrecortados que duran poquísimos segundos, existen largos planos, casi interminables, que muchas veces demoran la acción o resultan molestos cuando se agota la poca información que contienen.
Intercalados con los planos generales de las calles parisinas, se mezclan primeros planos de los jóvenes rostros de la pareja protagónica: un poco recio Jean Paul Belmondo y una bellísima Jean Seberg.
Dado lo apuntado respecto de lo entrecortado de las imágenes, resulta difícil evaluar el raccord entre tomas, ya que los saltos eliminan la continuidad clásica a la que, como espectadores, estamos acostumbrados.
En resumen podría afirmarse que con "Sin aliento" de Jean-Luc Godard estamos frente a una innovadora obra en la que es más destacable cómo se cuenta una historia que la historia misma.

1 comentario:

JfT dijo...

Vi la Sin aliento con Richard Gere bastantes años atrás. Pero no recuerdo que haya sido filmada a la manera de Godard...
Sí creo recordar una escena de sexo bastante explícita, teniendo en cuenta su origen norteamericano.

Sigo.

JfT

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