Oskar Schindler, astuto y talentoso para las relaciones públicas, diseña un plan para ganarse la simpatía de los nazis más poderosos. Alemania acaba de invadir Polonia y, gracias a sus influencias, Schindler consigue la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación laboral le ayuda a prosperar rápidamente. Su gerente, también judío, es el verdadero director en la sombra, pues Schindler no tiene el menor conocimiento industrial. Lo que empieza como un medio lucrativo acaba convirtiéndose en la obsesión –empeñando su dinero y su futuro– por arrancar a cuantas más personas mejor de la garras psicópatas de Amon Goeth, oficial al mando de uno de los campos.
En la noche de los Oscars 94, la película se alzó con 7 premios: película, director, guión adaptado, montaje, banda sonora, dirección artística y fotografía.
A pesar de no haber recibido Oscars por sus actuaciones, aunque sí fueron nominados, el terceto protagonista es inmejorable: Liam Neeson, Ben Kingsley y, muy especialmente, Ralph Fiennes como el estremecedor oficial nazi.
A pesar de no haber recibido Oscars por sus actuaciones, aunque sí fueron nominados, el terceto protagonista es inmejorable: Liam Neeson, Ben Kingsley y, muy especialmente, Ralph Fiennes como el estremecedor oficial nazi.
Hubo varios directores a punto de realizar el film. Uno fue Martin Scorsese, quien renunció a los derechos del libro, pensando que haría mejor el film un director judío.
Billy Wilder quiso rodar lo que habría sido su testamento fílmico, pero Spielberg se le adelantó. Otro nombre que sonó fue el de Roman Polanski, de quien se dijo que renunció porque se sentía demasiado ligado a la tragedia que se contaba: su madre murió en Auschwitz; diez años después rodaría "El pianista".
Sin dudas, un filme de visión imprescindible, no sólo como obra dramática cinematográfica, sino como documento de una época nefasta de la Historia de la humanidad.
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