“La voz dormida” es una adaptación que lleva a cabo el director, en el que es su tercer largometraje tras “Solas” (1999) y “Habana blues” (2005).
Pepita (María León), una campesina de Córdoba, va a Madrid en la posguerra para apoyar a su hermana Hortensia (Inma Cuesta) que está en prisión y con un avanzado embarazo. Ya en la ciudad, Pepita conoce a Paulino (Marc Clotet), un valenciano que lucha junto a su cuñado Felipe (Daniel Holguín) en la sierra de Madrid. A pesar de las dificultades políticas y sociales, los jovencitos se enamoran perdidamente. Sin embargo, ésta no es la cuestión central. Hortensia es juzgada y condenada a muerte, y Pepita, sumergida en un mundo que le es desconocido, se convertirá en alguien fiel a la causa que defiende su hermana (y por lo que está presa), poniendo en riesgo su propia vida.
Dramático filme español, por momentos desgarrador, que emociona por la historia y por la Historia - la narración y el trasfondo sociopolítico. Intensas y comprometidas actuaciones, especialmente de las dos actrices que dan vida a las hermanas: están sencillamente conmovedoras (mucho más la León, toda una revelación). Aunque sería injusto no mencionar a todo un elenco secundario que acompaña excelentemente (sobresaliendo las actrices que hacen de presidiarias que viven a diario el dolor y la injusticia, y acompañan las miserias de su protagonista).
Si bien puede haber algunos lugares comunes, el filme cala hondo en el espectador, porque el solo hecho de saber que gran parte de lo que se cuenta ha sucedido de verdad, hace que reflexionemos sobre las vergüenzas que la condición humana debe cargar en sus espaldas. Y no está mal que sólo un filme (el arte, en definitiva) nos lo recuerde…
No hay comentarios:
Publicar un comentario