Esta mirada sobre la guerra de Vietnam, a través de la lente del genial Stanley Kubrick, tiene dos partes claramente marcadas:
- la del adiestramiento de los futuros marines en el campamento de instrucción, donde los reclutas deben soportar un aluvión de insultos, la humillación y los abusos del riguroso sargento instructor Hartman (monumental Lee Ermey);
- y una segunda parte en el infierno vivido en el campo de batalla, donde el proceso de deshumanización se vuelve palpable ante cada baja.
La acción es salvaje, el guión no perdona y los diálogos están salpicados de humor negro.
La música conduce muchas escenas de forma anempática, coloreándolas con diferentes canciones (ya sean de Nancy Sinatra o de The Rolling Stones) que no acompañan dramáticamente lo que sucede en pantalla, generando un efecto aún más terrible, o con una música sombría y ominosa que simula ruidos ambientes.
El título original de la película, “Full metal jacket”, hace referencia al tipo de munición encamisada, usado por fusileros de infantería.
“Nacido para matar” (tal cual reza el título en castellano, haciendo referencia al sentimiento que tenían que tener los soldados al finalizar su entrenamiento, y escrito también en el casco del protagonista) nos lleva de los rigores del aprender a matar a la opresión del combate, incluyendo secuencias antológicas, como la del proceso de locura de uno de los soldados, que culmina en una intensa escena en un baño; o la del enfrentamiento con un francotirador, que depara una inquietante sorpresa en su descubrimiento (y un final de escena devastador).
- la del adiestramiento de los futuros marines en el campamento de instrucción, donde los reclutas deben soportar un aluvión de insultos, la humillación y los abusos del riguroso sargento instructor Hartman (monumental Lee Ermey);
- y una segunda parte en el infierno vivido en el campo de batalla, donde el proceso de deshumanización se vuelve palpable ante cada baja.
La acción es salvaje, el guión no perdona y los diálogos están salpicados de humor negro.
La música conduce muchas escenas de forma anempática, coloreándolas con diferentes canciones (ya sean de Nancy Sinatra o de The Rolling Stones) que no acompañan dramáticamente lo que sucede en pantalla, generando un efecto aún más terrible, o con una música sombría y ominosa que simula ruidos ambientes.
El título original de la película, “Full metal jacket”, hace referencia al tipo de munición encamisada, usado por fusileros de infantería.
“Nacido para matar” (tal cual reza el título en castellano, haciendo referencia al sentimiento que tenían que tener los soldados al finalizar su entrenamiento, y escrito también en el casco del protagonista) nos lleva de los rigores del aprender a matar a la opresión del combate, incluyendo secuencias antológicas, como la del proceso de locura de uno de los soldados, que culmina en una intensa escena en un baño; o la del enfrentamiento con un francotirador, que depara una inquietante sorpresa en su descubrimiento (y un final de escena devastador).
La película está basada en la novela "The Short Timers" de Gustav Hasford. Ermey, el actor que interpreta al brutal Hartman, era un ex-marine conocedor de las técnicas de adiestramiento de reclutas en el Cuerpo. Fue idea suya la de no confraternizar con el resto de los actores durante el rodaje. Sólo se encontraban en el set para rodar sus escenas. El resultado fue excelente: los jóvenes actores que interpretaban a los reclutas se ponían tan nerviosos con los gritos de Ermey que a veces hasta olvidaban sus líneas.
Matthew Modine, Arliss Howard, Vincent D´Onofrio y Adam Baldwin protagonizan esta penetrante película, sumando el fantasmagórico y derruido escenario de un territorio feroz.
Los soldados cantando la canción de Mickey Mouse mientras avanzan entre las llamas de un Vietnam encendido coronan este gran triunfo cinematográfico, que se convierte en un cruel testimonio contra la enajenación del hombre como soldado y la inmoralidad de la guerra.
Matthew Modine, Arliss Howard, Vincent D´Onofrio y Adam Baldwin protagonizan esta penetrante película, sumando el fantasmagórico y derruido escenario de un territorio feroz.
Los soldados cantando la canción de Mickey Mouse mientras avanzan entre las llamas de un Vietnam encendido coronan este gran triunfo cinematográfico, que se convierte en un cruel testimonio contra la enajenación del hombre como soldado y la inmoralidad de la guerra.
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