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El entonces joven actor mostraba algún parentesco con el look de “nene de mamá”, y tal es así que volvió a personificarlo 3 veces más, en las secuelas que siguieron a la “Psycho” original (ninguna tan buena como la primera).
Perkins fue la primera y única elección de Hitchcock para llevar adelante el rol; éste ya había conferido a sus personajes anteriores una nota neurótica y extraña, en varios filmes de los 50´s.
Perkins fue la primera y única elección de Hitchcock para llevar adelante el rol; éste ya había conferido a sus personajes anteriores una nota neurótica y extraña, en varios filmes de los 50´s.
El retrato poderoso y atrayente que Hitchcock había trazado, se basaba en hechos reales y en una persona en particular:
Edward Gein, un hombre que había ejercido su actividad delictiva hasta muy pocos años antes de la filmación de la película.
Al personificar a Bates, un aparentemente inocente joven dueño de un hotel de ruta, que no acepta la muerte de su madre, Perkins dio cuenta de lo sombrío que puede yacer debajo de un ingenuo rostro.
Al ver repetidas veces las escenas de la película, los detalles añadidos por Perkins al personaje resultan fascinantes: cierto amaneramiento al correr de la casa al hotel, una forzada cortesía, tics vocales nerviosos, la forma en que miraba a las personas que podían resultar amenazantes con su “madre”, la compulsiva ingesta de caramelos (ésta última, idea del actor), etc.
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Al personificar a Bates, un aparentemente inocente joven dueño de un hotel de ruta, que no acepta la muerte de su madre, Perkins dio cuenta de lo sombrío que puede yacer debajo de un ingenuo rostro.
Al ver repetidas veces las escenas de la película, los detalles añadidos por Perkins al personaje resultan fascinantes: cierto amaneramiento al correr de la casa al hotel, una forzada cortesía, tics vocales nerviosos, la forma en que miraba a las personas que podían resultar amenazantes con su “madre”, la compulsiva ingesta de caramelos (ésta última, idea del actor), etc.
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