Habiendo impresionado con las más impactantes “Funny games” y “La profesora de piano”, en este caso el ritmo es mucho más sosegado, a pesar de que el conflicto planteado tiene todos los ingredientes de un hondo drama policial.
Georges es un periodista que conduce un programa televisivo de crítica literaria y vive con Anne, su mujer, y Pierrot, su hijo pre-adolescente. Al comienzo del filme, vemos que ha recibido un video anónimo, en donde sólo se ve, durante dos horas, el plano fijo del frente de su casa, registrando todos los movimientos que se suceden. Junto con los videos recibe unos dibujos a crayón con imágenes desagradables, ya sea de un niño sangrando por la boca, o la cabeza cortada de una gallina.Sin saber, de entrada, quién puede ser el responsable, y ante la negativa de la policía de hacer una investigación, Georges comienza a tener pesadillas, en las que vemos a un niño escupiendo sangre, o al mismo chico hachando el pescuezo de una gallina... ¿Son imágenes derivadas de los dibujos que recibió o recuerdos oscuros de la infancia de Georges? Éste comienza a sospechar acerca de quién puede ser el autor, desenmascarando una historia de su niñez que no sólo lo ha marcado a él.
A raíz de los acosos, también tambalea su visiblemente alicaído matrimonio, dejando al descubierto la seca relación de ambos, a la que su hijo tampoco es ajeno.
Haneke propone una obra inquietante, fría, con largos planos secuencia, casi teatrales, en donde prima el diálogo por sobre la acción. Resulta más interesante el planteo que el desarrollo, además de algunos momentos más alarmantes, como la desaparición del hijo y un descarnado suicidio frente a las narices de Georges.
Haneke propone una obra inquietante, fría, con largos planos secuencia, casi teatrales, en donde prima el diálogo por sobre la acción. Resulta más interesante el planteo que el desarrollo, además de algunos momentos más alarmantes, como la desaparición del hijo y un descarnado suicidio frente a las narices de Georges.
Daniel Auteuil lleva adelante con gran talento su penoso personaje, y Juliette Binoche acompaña adecuadamente. El desenlace puede resultar algo chocante para un espectador convencional, ya que prácticamente no hay un cierre de la historia, y el plano secuencia final (uno más del filme) genera más interrogantes que resoluciones. Eso no pareció importarle al Jurado de Cannes, ya que en 2005 obtuvo el premio a la mejor dirección en el Festival de Cine, así como el premio de la FIPRESCI y el premio del Jurado Ecuménico del mismo festival. Ese año "Caché" también sería la gran triunfadora en los Premios del Cine Europeo con cinco galardones, entre ellos los de mejor película y mejor director.
La provocativa forma de narrar del director busca, especialmente, hacer pensar al espectador y moverlo de sus cómodas convenciones cinematográficas, resultando más una molestia que un placer para un público medio. Y bueno, Haneke es Haneke…