lunes, 18 de junio de 2012

ANECDOTARIO: "Buscando al apropiado Vito Corleone"



Una vez metido de lleno en el proyecto de El Padrino, Francis Ford Coppola empezó a cambiar todo lo que los estudios Paramount había establecido. Primero exigió que la película fuera de época; segundo: quería tener control total sobre el reparto, y lo tercero era co-escribir y tener la decisión final sobre el guión.

Francis Ford Coppola
Las colosales ventas de la novela de Mario Puzo, que ya habían alcanzado los 14 millones de ejemplares vendidos en Estados Unidos, ayudaron a convencer a Paramount en que la ambientación tenía que ser fiel a la novela, por lo que se empezó a diseñar la producción para ambientarla en las décadas del 40 y 50. El presupuesto rápidamente aumentó de 2.5 a 6 millones de dólares, pero a cambio de esa inversión, Paramount Pictures quería auténticas estrellas protagonizando The Godfather.

El primer gran obstáculo para Coppola fue llegar a convencer a Bob Evans que el personaje principal de la película era el de Vito Corleone. A pesar de que aparecía poco con respecto a las escenas de su hijo Michael, Vito debía impregnar la pantalla con su presencia: era evidente que necesitaban a un magnífico actor. Los actores de mediana edad también sabían que quien interpretara ese papel tenía su nombre asegurado en la Historia del cine y, probablemente, un Oscar en su estantería, así que se lanzaron a solicitar una audición para el papel.

Entre los nombres considerados se encontraban los de Anthony Quinn, Orson Welles, Edward G. Robinson, Frank Sinatra, Ernest Borgnine y George C. Scott. Todos los actores italianos mayores de 50 pasaron por la cámara de Coppola pero ninguno daba la talla. Mientras escribían el guión, Coppola y Puzo expresaron el mutuo deseo de ver a Marlon Brando interpretando al Don, y se lo propusieron a los más altos ejecutivos de los estudios, quienes no aceptaban la propuesta.

Arriba: Anthony Quinn, Orson Welles, Edward G. Robinson.
Abajo: Frank Sinatra, Ernest Borgnine y George C. Scott.

Cuando los productores preguntaron sobre la posibilidad de contratar al gran Laurence Olivier, recibieron la mala noticia de que éste estaba bastante enfermo del hígado, así que solo les quedaba la posibilidad de tantear a Brando. Paramount puso a Coppola una serie de condiciones para contratarlo, que esperaban que el actor jamás aceptaría, entre las cuales estaba la de someterse a una prueba de cámara, una humillación impensable para una estrella de su calibre.

Marlon Brando en El Padrino

En una de sus demostraciones de ingenio, Coppola concertó con Brando una cita para un test de maquillaje, en la propia mansión del actor y delante de una cámara de video. Brando se untó el pelo con betún, se pintó un bigote falso, se colocó en la boca unos trozos de queso y empezó a hablar en susurros.

El video en el que se veía la transformación de Brando en Vito Corleone fue suficiente garantía como para ser contratado. El 27 de enero de 1971, Paramount Pictures anunció en la prensa la gran noticia: Marlon Brando era Don Corleone.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena anecdota. Quiero mas!. Soy un silencioso seguidor de tu blog. Muy interesante todo el contenido. Es solo un comentario de aliento para que sigas con esto que te sale muy bien.
Saludos halbert.

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