En su carrera como directora, Jodie Foster ha desarrollado una buena reputación por su gran habilidad para compartir temas universales sobre dinámicas familiares, a través de las experiencias específicas de los personajes en sus películas ("Little man Tate", "Home for the holidays").
"The beaver" (El castor) es un drama familiar, la historia de un hombre deprimido que se ha desligado emocionalmente de su mujer e hijos; un filme que cuenta en términos muy directos cómo una familia fracturada encuentra la manera de sanarse a sí misma. Walter es un ejecutivo de una fábrica de juguetes que sufre de depresión crónica, y redescubre nuevamente la vida por medio de un títere, un muñeco con forma de castor que toma la voz cantante y le permite volver a comunicarse con su entorno. El conflicto viene cuando su familia no acepta esta nueva forma de contacto.
A pesar del efectivo planteamiento de la trama, el principal problema del filme es que se queda corto con el desarrollo del conflicto principal. Nunca queda demasiado claro qué llevó exactamente a Walter a estar con semejante depresión; no hay un panorama médico-psicológico que justifique las acciones de este hombre enfermo (a pesar de la narración en off explicativa - innecesaria), y por momentos se hace imperativo conocer más para empatizar con su conflicto que, lamentablemente, se resuelve un poco fácil.
Al margen, Mel Gibson realiza una interesante entrega actoral, ya sea en los momentos hondamente dramáticos como algunos graciosos que incluyen a su marioneta.
Con algunos lugares comunes y hollywoodenses (por ejemplo, el tratamiento que hace la prensa sobre Walter y su castor y el concesivo desenlace) el filme de Mel y Jodie se disfruta y entretiene (y hasta emociona un poco), pero no se extiende mucho sobre un tema que tenía mucho para profundizar.
1 comentario:
Muy pero muy de acuerdo, lo dijiste todo de forma bien resumida y exacta :D
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