ATENCIÓN: SPOILER / CONTIENE INFORMACIÓN SOBRE EL ARGUMENTO DEL FILME.
Habiendo sido uno de los inauguradores del movimiento Dogma 95,
Thomas Vintenberg sacudió al mundo con un filme titulado
“La celebración” (1998), acerca de una familia que se reúne a festejar el cumpleaños del patriarca de la familia, pero en la que el hijo mayor revela, en la
escena del brindis, que había sido abusado sexualmente por su padre. La
película recibió el premio del jurado en el Festival de Cannes de 1998, y
fue aclamada por la crítica y el público. Su filme
“Submarino”, de 2010, exploraba la vida de dos hermanos marcados por su infancia en un hogar con graves disfunciones. Indudablemente, la niñez ultrajada por los adultos, la pedofilia y sus efectos es uno de los temas recurrentes por este director danés, y esta vez, en
“La cacería”, vuelve a él.
Tras un arduo divorcio, Lucas, un maestro de jardín, se dispone a reconstruir la relación con su hijo adolescente y a rehacer su propia vida personal. Además, su mejor amigo es su vecino en la pequeña comunidad en la que viven, por lo que no resulta extraño que la pequeña hijita de éste lo visite en su casa, recorra junto a él el camino hacia la escuela, o se meta sin permiso en el aula donde él juega con sus alumnos, para regalarle un corazoncito hecho por ella y besarlo en la boca. Advirtiendo la confusión de la niña, Lucas le dice (amable, pero de forma correctiva) que sólo puede besar en la boca a sus padres, y que el corazoncito se lo debe regalar a algún niño de la escuela. Pero la niña, inocentemente (y, tal vez, con la malicia que desconoce de consecuencias) deja entrever que Lucas le mostró sus genitales, y a partir de allí el mundo de este maestro se dará vuelta por completo.
La sorpresa y la desconfianza crecen hasta alcanzar proporciones inimaginables, y la pequeña población se sume en un estado de histeria colectiva, poniendo a Lucas entre las cuerdas, sin siquiera comprobar la autenticidad de la afirmación de la niña.
Con gran presencia de su protagonista
Mads Mikkelsen (no sólo ganador como mejor actor en Cannes 2012 por este rol; sino visto en la reciente
"A Royal affair", nominada al Oscar como Mejor Película en habla no inglesa) el filme avanza lentamente pero con paso firme, agudizando la mala relación de Lucas con su entorno, especialmente con el padre de la pequeña, o sea, de su mejor amigo.
Visitando algunos lugares comunes, ya visto en otros filmes, el director insiste en victimizar al protagonista cada vez más, incluyendo escenas de drama y violencia para agudizar la odisea del supuesto pedófilo: esto es, el maltrato físico y verbal que sufre en el mercado, el atentado que sufre en su casa, el vacío que le hacen en la iglesia, etc. Y como si todo ello no alcanzara, se suma la desconfianza de su nueva novia, a la que deja de ver.
Tal vez algo sobrevalorada en páginas de críticas de cine, el filme de Vintenberg tiene climas interesantes y una puesta en escena gélida que acompaña perfectamente el conflicto central que, por cierto, jamás decae, sino todo lo contrario, va in crescendo, acrecentando el interés por el destino de su mártir.
El final (¿abierto?) corona todo ese atractivo desarrollo previo, y deja al espectador casi mudo, proporcionando un golpe final que da lugar a la reflexión y al desconsuelo.