Hermosa y adorada por el pueblo, Georgiana (Keira Knightley) fue, como su descendiente Lady Di, la mujer más fascinante de su época. Pero mientras belleza y carisma forjaron un nombre en la Historia, el amor siempre se le escapó. Casada muy joven con uno de los hombres más ricos de Inglaterra, el Duque de Devonshire (el nominado al Globo de Oro por este rol: Ralph Fiennes), llegó a ser un ícono de la moda, madre adorada e influyente política para el partido liberal. Sin embargo, en el núcleo de su historia está la búsqueda desesperada de afecto y amor. En La duquesa se muestra, entre bellos escenarios y un fastuoso vestuario, cómo Georgiana evolucionó de adolescente ingenua y confiada a mujer de mundo, gracias a los constantes desprecios de su marido, que no sólo le era infiel, sino que sostuvo durante años un romance con su mejor amiga, lady Elizabeth Foster (Hayley Atwell, de El sueño de Cassandra), generando un trío amoroso, para nada mal visto en la sociedad inglesa de la época. Más allá de las infidelidades e hijos ilegítimos de su marido, Georgiana también sostuvo su propio romance extramatrimonial. En el centro de la vida social londinense, la bella duquesa conoció al conde Charles Grey (Dominic Cooper, de Mamma mia!), un prominente joven político, que pudo haber sido su gran amor, pero las circunstancias ya eran otras. Protagonizada por Keira Knightley, una experta en películas de época -además de las tres entregas de Piratas del Caribe hizo El rey Arturo; Orgullo y prejuicio; Expiación, deseo y pecado-, el filme atrae por su puesta en escena y el terrible drama al que debió enfrentarse la pobre Georgiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario