Ben Stiller se ha convertido a lo largo de los años en uno de los cómicos más exitosos para el público norteamericano, semejando a los más enraizados Jim Carrey y Adam Sandler. Si bien su carrera se desarrolló entre la TV y el cine, es en éste último donde está dejando huella con hilarantes personajes. Catapultado con comedias como “Loco por Mary”, “La familia de mi novia”o “Zoolander”, parece haber encontrado su rumbo, alejándose de otro (tal vez) más interesante, en donde lo encontrábamos dirigiendo películas como “Generación X” (1994) con Ethan Hawke y Winona Ryder o “El insoportable” (1996) con Carrey y Matthew Broderick.
Los hermanos Farrelly, dupla responsable de alegres comedias negras como la nombrada “Loco por...”, “Irene, yo y mi otro yo” o “Inseparablemente juntos”, hacen su reaparición con esta “La mujer de mis pesadillas” (originalmente “The heartbreak kid”), una burla a los cuarentones solteros que no han tenido suerte (buena o mala) en el amor.
Eddie (Ben Stiller), soltero e inseguro, luego de estar solo mucho tiempo, conoce accidentalmente en la calle a una sexy rubia. Siguiendo las recomendaciones de su padre y de su mejor amigo, Eddie le propone matrimonio al cabo de seis semanas, temiendo perder su última oportunidad para casarse. Sin embargo, no tarda en descubrir su error cuando su flamante esposa revela su genuina y aterradora personalidad durante la luna de miel en Méjico.
La comedia se desarrolla toda bajo este planteo, logrando una primera parte graciosa y entretenida, descubriendo todas las partes negativas de la mujer, exaltándolas al punto de convertirla en alguien insoportable, mostrándola salvajemente sexual, ordinaria e infantil en sus actitudes y revelando verdades ocultas que harían huir a cualquiera.
Entre los pocos aciertos se pueden encontrar muy veladamente algunas críticas al estandarizado modo de vida actual pues, si bien se muestra al hombre soltero como el fracasado que aún no ha encontrado pareja, al casado se lo muestra más “cazado” que otra cosa, ya que el personaje del mejor amigo del protagonista está felizmente casado en apariencia, pues a su mujer se la muestra como un sargento que no hace más que dictaminarle lo que tiene que hacer. Así y todo, el pobre hombre no deja de sermonear al personaje de Stiller al comienzo de la historia, afirmando que el matrimonio, aunque sea como el de él, es la mejor salida para cualquier hombre sin pareja.
El filme deja de tener la gracia de la primera parte cuando Eddie conoce en el hotel mejicano a una morocha que está pasando vacaciones familiares y se da cuenta de que es la mujer para él. Así pues, no le queda más remedio que alejar a su insufrible esposa mientras intenta conquistar a la chica de sus sueños.
Incluyendo conocidas canciones pop, irresistibles paisajes con mar de fondo y algunos pocos gags (menos escatológicos que en otras producciones de los Farrelly) el guión es muy poco pretencioso y muestra a un Ben Stiller antihéroe redimido ya visto en varios de los filmes que protagoniza, proponiendo la estructura idéntica en donde el tonto, al que le sale todo mal, termina luego con el mejor destino posible, ya sea con la chica (como en este caso) o algún otro bien preciado por otros personajes de la historia.
Ojalá Stiller junte mucho dinero repitiéndose en estas cómicas producciones, y madure para dirigir historias más trascendentes o interesantes, como lo hacía en el siglo pasado...
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