Ian y su hermano menor Terry (Ewan McGregor y Colin Farrell) adquieren un velero de segunda mano al que bautizan "Cassandra's Dream", con la idea de acondicionarlo y navegar en él los fines de semana. La debilidad de Terry por el juego provocará que se endeude por una gran suma de dinero, que ambos hermanos no pueden afrontar. La aparición de su tío Howard (Tom Wilkinson), con un pasado repleto de éxitos económicos, supone un alivio para la economía de los hermanos. Pero todo tiene un precio. Howard se compromete a sacarlos del gran apuro en el que se encuentran, pero les pedirá un favor a cambio, obligándolos a cometer un delito para salvar su pellejo, poniendo a prueba los lazos familiares que los unen pero, a su vez, provocando una serie de acontecimientos que darán lugar a consecuencias inesperadas.
En la línea de las celebradas "Match point" y de la obra maestra "Crímenes y pecados", Allen vuelve a demostrar su talento en contar historias que interesan al espectador medio, poniendo como protagonistas a seres humanos comunes y corrientes envueltos en dilemas morales difíciles de resolver. La familia, el dinero, la fidelidad, el crimen, la ética y el remordimiento se entremezclan en esta trama cuya espiral va agrandándose hasta un final sorpresivamente trágico. Creíbles actuaciones de McGregor y Farrell, sumadas a la imprescindible participación de Wilkinson y al gran guión de Woody, hacen del filme una interesante propuesta, sin alcanzar la maestría de las dos películas anteriormente nombradas. Muy aconsejable.
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