martes, 29 de mayo de 2012

ANECDOTARIO: El principiante Orson Welles y el misterio "Rosebud"

Orson Welles en la radio
El 30 de octubre de 1938, Orson Welles dejó a todo Estados Unidos impresionado con su adaptación radiofónica de la novela La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells. Esa dramatización ha pasado a la historia de los medios de comunicación, siendo ejemplo durante generaciones de profesionales de la radio. Algo parecido le pasaría con su primer filme.

RKO Pictures se puso en contacto con Welles y le encargó que protagonizara, escribiera y dirigiera una película, la que él quisiera, con total libertad. Pero Welles, sin experiencia como guionista ni como director de cine, buscó en Hollywood a alguien que lo ayudara a escribir el guión, y localizó a un prestigioso guionista con el que ya había colaborado anteriormente: Herman J. Mankiewicz, hermano mayor del director Joseph L. Mankiewicz.
Juntos decidieron hacer una historia a base de flashbacks sobre el auge y decadencia de un magnate de los diarios, basándose en un famoso propietario de una inmensa cadena de medios de comunicación: William Randolph Hearst.
La cinta se titularía “Citizen Kane”, hoy en día considerada una obra maestra y una de las mejores y más influyentes películas de la Historia del cine, aunque antes de empezar a filmar nadie daba un dólar por ella.
Debido a la total inexperiencia de Welles detrás de las cámaras, éste decidió hacer un curso acelerado de Dirección Cinematográfica, encerrándose en una sala de proyección de la RKO para ver más de 50 veces “La Diligencia” de John Ford. Al acabar la última proyección salió de la sala y le dijo a Mankiewicz: “Ya sé dirigir cine”.
William Randolph Hearst
La historia de "Ciudadano Kane" gira alrededor de una sola palabra: Rosebud, que es dicha por el personaje principal antes de morir. Lo cierto es que Rosebud tenía un significado muy familiar para Hearst, y Orson Welles lo sabía: era el apodo con el que cariñosamente Hearst se refería al clítoris de su amante, la actriz Marion Davis.
Como era de imaginar, Hearst montó en cólera y empezó a contactar a todas sus influencias para destruir al director. En la noche del estreno de “El ciudadano”, metió en la habitación de hotel de Welles a una menor desnuda y a un fotógrafo, con la finalidad de denunciarlo como pederasta y arruinar su reputación. Afortunadamente alguien le avisó a Welles a tiempo…

Orson Welles en la premiere de "Citizen Kane"


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