martes, 8 de junio de 2010

PERSONAJES MEMORABLES (y los actores que les dieron vida): Mia Farrow como Rosemary Woodhouse


Rosemary's baby (en castellano, El bebé de Rosemary en Hispanoamérica; La semilla del diablo en España) fue dirigida por el realizador polaco Roman Polański en 1968, basada en una novela de Ira Levin. Obtuvo un Oscar a la mejor actriz de reparto para Ruth Gordon. Y Roman Polański obtuvo una nominación también al Oscar en la categoría de mejor guión adaptado.
La historia comienza de forma convencional, pero luego va modificándose paulatinamente. Rosemary y su marido Guy se mudan a un departamento de Nueva York. Pronto, Guy se hace amigo de los vecinos: un matrimonio de avanzada edad, algo estrafalarios y metiches. Cuando una mujer del edificio muere de forma misteriosa, Rosemary empieza a escuchar ruidos extraños y a tener sueños perturbadores. En medio de la tensa situación, Rosemary queda embarazada y comienza a sospechar que hay algo extraño que relaciona al hijo que está esperando con su pareja de vecinos. Con el paso del tiempo, aquellos que tratan de ayudarla acaban muriendo en oscuras circunstancias. Sólo sus vecinos, de quienes ella desconfía profundamente, manipulan a su antojo su vida, que se siente víctima de una terrible conjura en la que también parece estar implicado su marido....
Rosemary Woodhouse es la protagonista del filme, y el espectador comparte su punto de vista sobre las cosas; únicamente vemos lo que ella ve y la historia se cuenta a través de su visión, y con ello se consigue tener una mirada parcial de los hechos tal como tiene este personaje. Rosemary es una mujer joven y alegre, totalmente dedicada a su hogar y a su marido.
Físicamente tiene un aspecto débil y enfermizo y a su vez su belleza cándida se corresponde con un carácter religioso profundamente arraigado. Su cabello rubio, prolijamente peinado, su blanquecino rostro, sus inocentes ojos verdes, van cambiando de a poco, a medida que su personaje muta a un estado de desconcierto, debilidad, paranoia, terror y misterio: su pelo luce corto, sus ojos están sostenidos por enormes ojeras, su sonrisa se borra, convirtiéndose en gritos de horror.
Se toma el punto de vista de Rosemary para narrar todo lo que rodea a su estado de soledad y angustia; nunca conocemos más de lo que ella sabe y podemos introducirnos en su mente, sobre todo en los múltiples y complejos sueños que tiene a menudo. Así, el espectador se siente testigo parcial de los hechos y comparte el estado de incertidumbre de la protagonista hasta el final, incluso después, ya que nunca está del todo claro si realmente Rosemary está siendo manipulada o todo es fruto del caos de su mente.
La trama se desarrolla muy lentamente, lo que puede hacer desesperar a los que esperen emociones fuertes, pero el descubrimiento por parte de Rosemary del complot al que es sometida por parte de sus vecinos y su propio marido para que engendre al hijo de Satán en la Tierra, atrapa de manera deslumbrante.
En su lectura de la novela, Roman Polański imaginó al personaje principal como una chica robusta física y mentalmente, pero también normal y corriente, ni guapa ni fea. Para ello pensó que el papel lo podría interpretar la actriz Twesday Weld. Pero el productor ejecutivo, Robert Evans, tenía sus dudas al respecto: ya que el libro todavía no había alcanzado la posición de bestseller, no confiaba en que el título del film por sí mismo garantizase la atención del público, y que para ello, se necesitaba de otra actriz más conocida. Por ese entonces, no parecía que Mia Farrow tuviera una gran filmografía, pero su papel de Allison MacKenzie en la serie de televisión Peyton Place, así como su reciente matrimonio con Frank Sinatra convertían a Farrow en una actriz apetecible para el papel. A pesar de su apariencia endeble y alicaída, Polanski finalmente le hizo una prueba. Aceptar este papel supuso muchos problemas en el matrimonio de Mia Farrow. Sinatra le exigió a su mujer que abandonara su carrera cuando se casaron, y fue el primero en protestar por este rol. Farrow, en un intento de salvar su matrimonio, le suplicó al productor que le rescindiera su contrato; sin embargo él la convenció para que siguiera en el proyecto cuando le mostró metraje del film todavía no montado. Tras verlo la Farrow decidió continuar porque Evans le aseguró que, con esta película, conseguiría la nominación al Óscar a la mejor actriz protagonista, cosa que nunca sucedió.
Al margen, Mia Farrow pocas veces accedió a un personaje de esta magnitud. Prácticamente está en el 100% de las escenas del filme y no volvió a tener un protagónico tan especial como éste, salvo en algunos filmes de su ex marido Woody Allen, con quien protagonizó, fuera del set, grandes querellas. “El bebé de Rosemary” fue lo más alto en su carrera, porque hoy en día es considerado un filme de culto de un gran realizador no menos polémico…




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