Qué hermosa y sexy es Jennifer López!! Y no solamente seduce. También canta, y actúa. La pregunta que cabe aquí es, siendo tan completa, qué es lo que hace mejor. Seducir, lo hace, y muy bien; cantar... digamos que sí, ya que ha grabado varios discos. Y actuar... actuar... bueno...Aquí, al menos, no lo hace. Ya sea por un tema de falta de dirección actoral o simplemente por ausencia de condiciones, la inexpresividad de López se despliega a lo largo de todo el filme. Qué distinto hubiese sido ver a Jodie Foster o a Michelle Pfeiffer como la Dra. Catherine Deane, la psicóloga que, mediante un peligroso experimento aún en desarrollo, penetra en la mente de pacientes comatosos para conocer sus sueños y así poder sacarlos de ese estado. Componer a esta doctora requería de un enfoque más dramático, principalmente por las crisis sufridas a raíz de la realización de estos viajes a través de la mente, pero la bonita López deja demasiado que desear.
Si bien "La celda" (o "La célula") no se apoya en lo actoral, hubiese sumado más puntos estando bien interpretada. Y si no se apoya en lo actoral, sí lo hace en lo audiovisual. Es aquí donde el filme gana, y mucho, ya que el tratamiento de la imagen y el sonido es magnífico.
Viniendo del video clip, Tarsem Singh, su director, nos maravilla principalmente con escenarios gigantescos: desde el minimalismo de un desierto hasta la magnificencia de un palacio. Y algunos de estos escenarios forman parte de la mente de un esquizofrénico asesino serial.
El malvado Carl Stargher (Vincent D´Onofrio), actualmente en estado de coma, ha raptado hermosas mujeres, las ha encerrado en una celda de vidrio, y en forma automática y en menos de 48 horas ésta se inunda, ahogando a la víctima.
El agente a cargo de la investigación (Vince Vaughn) se entera del trabajo que desarrolla la doctora y da con ella para convencerla de realizar un peligroso viaje a la mente del asesino en coma y así averiguar el paradero de la última víctima que aún, se sabe, está con vida.
Lo que sigue son las visitas virtuales que realiza la psicóloga dentro del cerebro del asesino; esto es: imágenes que bordean el surrealismo mezclado con el terror, montaje rápido y entrecortado, peinados y trajes fastuosos, coloridos y enormes ambientes, todo recargado de objetos de una estética entre oriental y futurista. Y claro, todo es válido porque la mente humana (la del asesino y la del director) da para todo.
"The cell" es otra vuelta de tuerca (una más) a los filmes de asesinos seriales, que gana por la originalidad de su tratamiento y por lo visual, más que por su magro contenido.
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