jueves, 3 de mayo de 2012
Crítica - "Warrior" (2011), de Gavin O´Connor: ENTRE EL DRAMA FAMILIAR Y LOS FILMES DE LUCHA (por halbert)
En la actualidad, las artes marciales mixtas que han logrado mayor efectividad incorporan tanto golpes como técnicas de lucha en pie y en el suelo y pueden ser practicadas en un torneo en el cual dos competidores intentan vencer cada uno a su oponente usando un amplio rango de técnicas permitidas, como golpes de puño y patadas, agarres, lances o proyecciones y palancas.
La película inicia con Tommy (Tom Hardy), quien va a visitar a su padre Paddy (Nick Nolte), un ex alcohólico que no ha visto hace años, dado que su antigua personalidad violenta fue la que desunió a la familia. Pero su visita tiene un firme propósito: solicitarle entrenamiento para un importante torneo de lucha con 5 millones de dólares como premio que, para Tommy, tienen un seguro destinatario que tiene que ver con su reciente pasado en la guerra de Irak. Si bien le advierte a su padre que no es un intento de reconciliación, éste accede a cambio de convivir juntos.
Por otro lado, el hijo mayor de Paddy, Brendan (Joel Edgerton), un profesor de física y antiguo luchador de Ultimate Fighting Championship, se encuentra agobiado por los problemas financieros y las dificultades para mantener a su esposa (Jennifer Morrison) y sus dos hijas. Para obtener dinero y evitar que su casa sea embargada, Brendan volverá a luchar y se inscribirá en el mismo concurso. Casi sin quererlo, Paddy volverá a reencontrarse con sus hijos después de muchos años de ausencia, lo que lo llevará a todos a bordear un peligroso límite.
El guión no es uno más de los clásicos filmes de bajo presupuesto sobre historias poco originales, con una “estrella” (léase J. C. Van Damme o Steven Seagal, por nombrar dos de otras épocas) y un ignoto reparto, que sólo pretende entretener con sus coreografiadas patadas en el aire. Pero tampoco es un filme eminentemente del género Drama, donde se pretende desentrañar las relaciones de una famila devastada por la separación. Es un híbrido entre ambos tipos de filmes, pero que logra calar en el espectador y emocionarlo, gracias al aporte de una cámara en constante movimiento para captar las luchas en el ring y otra más tranquila para posarnos sobre el drama familiar que aqueja a los protagonistas. Para ello, su director, se toma extensos 140 minutos (que no se sienten) para dar a conocer mejor a sus personajes y relacionarlos entre ellos, construyendo escenas con interesantes diálogos de reencuentro y recriminaciones.
Es de destacar la emocionante labor de Nick Nolte como Pady, ese hombre golpeado por la vida y por la bebida, cuyos hijos le dan la espalda impetuosamente y prácticamente no le dirigen la palabra, en respuesta a sus anteriores maltratos que devastaron la unión familiar. Sus ojos abatidos y fatigados reciben la mirada hiriente de sus vástagos; sus pesados años están posados encima de sus hombros, e intenta día a día no bajar los brazos y rendirse ante una botella de whisky que tire todos sus esfuerzos por la borda. Nolte se entrega por completo a este rol y justifica el visionado de este filme de Gavin O´Connor, que tiene un climax más que infartante y emotivo sobre un ring en el que todo puede pasar…
Sensacional!!! Ochenta estrellas para Warrior!!! :) Que bien la describís como un híbrido. Aunque para mi tiene más cuotas de drama. Todo el espectáculo de las peleas tiene una gran carga por ese drama justamente. No sé, no soy objetiva, esta peli se siente, no sé cómo lo logra, no sé cómo hace para que vos estes mirando y veas tópico tras tópico, coincidencia tras coincidencia, y aún así, como decía Gine, por poco y pegas puñetazos o saltas del asiento como la esposa de Brendan. Es sensacional!!! (pero eso ya lo dije ;) ) jajaja
ResponderEliminarEvidentemente te has enamorado de los protagonistas, Dialo!! Es una peli que, frente al prejuicio que puede generar, por el afiche especialmente, supera las expectativas. Linda peli!!
ResponderEliminar