miércoles, 16 de febrero de 2011

Crítica - "Temple de acero" (2010), de Joel & Ethan Coen: AGRIDULCE RELATO DE VENGANZA Y PERSEVERANCIA (por halbert)




El western es uno de los géneros cinematográficos más populares del cine estadounidense, es un género que les es propio y, por lo tanto, siempre es muy valorado por el público y la crítica especializada de ese país. Estas “películas del oeste” o “de vaqueros”, siempre han estado ambientadas en territorios inexplorados o en ciudades sin ley en las que los bandidos dominaban a sus anchas, pero el género se fue enfocando hacia la confrontación de los diversos personajes, adquiriendo un carácter cada vez más psicológico.
"True Grit" es un western hecho y derecho, escrito y dirigido por los hermanos Coen y protagonizado por la jovencita Hailee Steinfeld, el maduro y consagrado Jeff Bridges, la participación breve pero crucial de Josh Brolin y un aporte secundario significativo de Matt Damon.
El filme es una adaptación de la novela escrita por Charles Portis, la cual también fue adaptada al cine en 1969. Bridges interpreta a “Rooster” Cogburn, (representado en la original por John Wayne). Con 10 nominaciones a los premios Oscar, incluyendo una nominación como mejor película, la última de los hermanitos es seria candidata.
Mattie Ross, una chica de 14 años, emprende una búsqueda para vengar la muerte de su padre a manos de un vagabundo llamado Tom Chaney (Brolin). Mattie convence a un oficial de policía, alcohólico y con sobrepeso (Bridges) para que se le una en su búsqueda. A su vez, un agente especial de Texas (Damon) los ayudará, pues también anda tras los pasos del maleante.
La película es una road movie del lejano oeste (pero sin road = sin carretera), pues todo se centra en la travesía que implica ir en busca del asesino, el principal objetivo del personaje de la niña. Aquí los actantes están bien marcados: el sujeto protagonista es la jovencita, cuyo objetivo es encontrar y matar a Chaney; ésta le ordena al sheriff (mediante un pago de 100 dólares) ayudarla a encontrarlo, y ambos, junto a la ayuda del sheriff texano interpretado por Damon, intentarán darle cacería, no sin antes enfrentarse a muchos escollos, asesinos sin contemplaciones y al mismo entorno geográfico, con su peliagudo clima y sus amenazadoras alimañas.
Uno de los grandes aciertos es “preparar” al espectador en la primera media hora de metraje, exhibiendo las características principales de los protagonistas, para estar al tanto de sus perfiles, sus necesidades, sus formas de ser y actuar. Eso demora la acción principal del guión, que es la travesía que estos protagonizan. Sin embargo eso se agradecerá más adelante, durante el desarrollo y, muy especialmente, sobre el final, amargo, áspero, desencantado, para nada condescendiente con los personajes ni con el espectador.
Carter Burwell es el responsable de la música, autor de la magnífica banda sonora que, aunque no ha conseguido encontrarse entre los nominados a mejor canción o mejor música original de los Oscar, está recibiendo buenas valoraciones de aquéllos que ya han adquirido el álbum. Su música hace lucir los grandes planos generales del paisaje, así como también las instancias de acción y suspenso, donde sus notas se mezclan con los múltiples disparos de humeantes pistolas. El piano solo, en cambio, subraya aquellos momentos más desventurados, que dejan una sensación agridulce cuando una madura Mattie se aleja de cámara, sola, hacia el horizonte…

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