Cuando viaja a Nueva York para participar de un congreso, y se dispone a instalarse en el departamento que tiene allí, descubre a Tarek y Zainab, una pareja de inmigrantes que se ha establecido en el piso, víctima de una estafa inmobiliaria.
Si bien la inmigración ilegal continúa siendo un problema serio en todo el mundo, en los Estados Unidos se han aplicado políticas aún más duras con los inmigrantes ilegales, especialmente después del terrorífico atentado a las Torres Gemelas. Sin importar el país de origen de los indocumentados, lo que tienen en común es que buscan una vida mejor. Y eso intenta Tarek, el joven sirio que ama tocar el djembé (instrumento africano de percusión) y su novia senegalesa Zainab, que vende artesanías en la feria.
Walter se apiada de ellos y no los echa, compartiendo los tres el lugar hasta que Walter deba regresar. En esos pocos días, Walter y Tarek se vuelven buenos compañeros, y éste último, amable y simpático, le presta su instrumento y le enseña su técnica. Sin proponérselo, Walter encuentra algo en lo que entusiasmarse, y se da maña para defenderse con el djembé.
Pero un tonto error de Tarek hace que lo detengan los agentes de Inmigración, con el peligro de ser deportado. Con Tarek encerrado y Zainab sin poder ayudarlo (porque está en las mismas condiciones ilegales que su novio) Walter se convierte en el único eslabón que conecta al joven con el afuera, y decidirá socorrerlo en su desventurada situación.
Sorpresivamente emotiva, y con un desarrollo y desenlace sosegados pero firmes, y para nada previsibles, "The visitor" (título original de este filme) resulta una inusual obra que celebra algo tan humano como la amistad, la convivencia interracial, y clama por justicia ante la imposibilidad de muchos de encontrar su merecido lugar en el mundo.
Richard Jenkins (eterno secundario) tiene la oportunidad de protagonizar este guión, y brinda una minimalista pero a la vez apabullante interpretación, que le valió su primera nominación al Oscar como actor protagónico, entregándose a su Walter en los diferentes momentos y sensaciones que le tocan vivir. Lo mismo para el resto del desconocido elenco que lo rodea, y especialmente para la música de Jan A.P. Kaczmarek, que remarca con un tímido piano las aflicciones de la historia, y con rítmicos golpeteos de percusión los pasajes en los que la alegría de vivir y compartir se hacen presentes en el desarrollo... Lástima que duren poco...
ya la tengo...
ResponderEliminartermino de rendir y la veo
;)
No la vi, la voy a buscar!!
ResponderEliminarSí, Juano: primero el estudio, por favor! Aunque en nuestras carreras, ver una peli es como estudiar, ¿no?
ResponderEliminarEspero que la disfrutes como yo, Dialoguista. Luego me comentás.
Saludos!!
No la he visto pero la veré. La temática me resulta de lo más atrayente
ResponderEliminarRobert Jenkins está que se sale, hacía tiempo que no veía a un tipo actuar con todo el cuerpo, y no sólo la cara, y lleva muy bien el tema de la inmigración ilegal.
ResponderEliminarMe pareció buena peli, comedida y me dio coraje no haberla visto en VO cuando pude (se adelanto Gran Torino xD)
Un saludo.
Excelente. Cuando supe que eran los productores de “Entre Copas” no lo dudéé. Y Robert Jenkins, cuando comienza a trabajar con s cuerpo, sus gestos... sin palabras
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