(* * *) Buena
Lejos de su ochentosa trilogía de "Evil dead" y previamente a su consagrada (por lo rentable) saga spidermaniana, Sam Raimi se sumerge en el mundo de la adivinación y las premoniciones. En esta oportunidad, el guión de Billy Bob Thornton y Tom Epperson ofrece la controversia generada en un pequeño pueblo por el asesinato de una jovencita, hija de una importante personalidad del lugar. La historia de esta “Premonición” (“The gift” – El don - en el original) expone la vida de Annie Wilson, una joven viuda y clarividente (Cate Blanchett) dedicada a realizar lecturas de cartas a los vecinos de un pueblo rural en el que se comete el terrible asesinato de una joven (Katie Holmes) y en el que su don decidirá el futuro de los involucrados. El tratamiento de la trama resulta muy atrapante e intenso de entrada, y se sostiene durante la primera mitad del filme, pero llegando a la última media hora la insólita previsibilidad del guión echa por tierra todo lo bueno cosechado hasta ese momento.
Varios de los personajes secundarios son sospechosos del terrible crimen: el violento del pueblo y amante de la víctima (personaje a cargo de Keanu Reeves); la novia de éste (Hilary Swank); un segundo amante de la muerta (Gary Cole); un amigo de la adivina, inestable psicológicamente (Giovani Ribisi); y hasta el prometido de la occisa (Greg Kinnear). Uno de ellos es enjuiciado y encarcelado, pero pronto Annie descubre (por medio de sus poderes) que el asesino sigue suelto y, lamentablemente, el más obvio de los sospechados resulta el verdadero autor del homicidio, generando un desenlace adivinado hasta por el menos avispado de los espectadores. A pesar de ello, Raimi genera un hipnotizante interés en gran parte de la cinta, gracias a un apropiado uso de escenas oníricas, con acertados golpes de efecto visual y, especialmente, sonoro. A ello se debe el punto extra en esta calificación, al igual que por el gran elenco de estrellas que, aparentemente, se dejó hechizar por un sólido guión que se desbarranca gradualmente hasta lo más hondo de la elementalidad.
Varios de los personajes secundarios son sospechosos del terrible crimen: el violento del pueblo y amante de la víctima (personaje a cargo de Keanu Reeves); la novia de éste (Hilary Swank); un segundo amante de la muerta (Gary Cole); un amigo de la adivina, inestable psicológicamente (Giovani Ribisi); y hasta el prometido de la occisa (Greg Kinnear). Uno de ellos es enjuiciado y encarcelado, pero pronto Annie descubre (por medio de sus poderes) que el asesino sigue suelto y, lamentablemente, el más obvio de los sospechados resulta el verdadero autor del homicidio, generando un desenlace adivinado hasta por el menos avispado de los espectadores. A pesar de ello, Raimi genera un hipnotizante interés en gran parte de la cinta, gracias a un apropiado uso de escenas oníricas, con acertados golpes de efecto visual y, especialmente, sonoro. A ello se debe el punto extra en esta calificación, al igual que por el gran elenco de estrellas que, aparentemente, se dejó hechizar por un sólido guión que se desbarranca gradualmente hasta lo más hondo de la elementalidad.
Párrafo aparte merece la gran Blanchett, dando cuenta que su talento interpretativo da para todo tipo de papel. Aplausos de pie!
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