Crítica - "2 días en París", de Julie Delpy: INGENIOSA COMEDIA SOBRE EL AMOR Y SUS DESAVENENCIAS (por halbert)

¿Cuánto sabemos realmente acerca de la persona que amamos? El hecho de haber estado enamorados por largo tiempo de alguien ¿hace que lo conozcamos bien? Este es uno de los principales interrogantes que se plantea "2 días en París" al momento de ponerse serio.

Porque estamos frente a una comedia dramática (más de la primera que de la segunda), nada menos que escrita, protagonizada, producida y dirigida por Julie Delpy, más conocida por sus protagónicos en "Antes del amanecer " y su secuela "Antes del atardecer", ambas de Richard Linklater.

Marion y Jack (Delpy y Adam Goldberg), pareja desde hace dos años, emprenden unas mini vacaciones por Europa y, antes de volver a los Estados Unidos, planean pasar por París para visitar a los padres de ella, lugar del que es oriunda.

Y Jack, algo hipocondríaco y reacio a la estadía parisina, debe soportar a la familia de su novia (unos padres y una hermana algo extravagantes) y a los ex novios de Marion ya que, al parecer, la casualidad hace que se crucen continuamente con los hombres que la amaron (o que simplemente tuvieron sexo con ella).

Sintiéndose cada vez más un extraño en la ciudad de las luces, y comenzando a dudar sobre la mujer que ama, Jack hace cortocircuito y su relación con Marion parece desbarrancarse.

El tono de todo el filme es cómico, con diálogos ingeniosos que reflexionan no solamente sobre el amor y la pareja, sino también sobre la familia, el sexo, el racismo, el arte y las diferencias culturales.

Con un acertado elenco (incluyendo a los verdaderos padres de Delpy, seguramente algo caricaturizados), con una cámara a veces extremadamente ágil (y muchas veces en mano), con interesantes duelos verbales entre la pareja protagónica y con algunos minutos de más, la ópera prima de Julie Delpy remite a algunos filmes del Woody Allen de los 70´s (especialmente de "Manhattan" y "Annie Hall") y al mismísimo Linklater.

El balance es sumamente positivo ya que, dado el tema tratado, que bien podría haber dado para un drama, Delpy elige la comedia ingeniosa y también deja un espacio para reflexionar en serio sobre el eterno tema del amor con sus alegrías y sus desdichas.