Michael Clayton es el tipo que arregla cualquier situación, por muy desesperada que sea, que pueda darse en el bufete de abogados en el que trabaja, una importante empresa que maneja casos de enormes multinacionales. Para ello se sirve de sus conocimientos legales, algunos incondicionales contactos y su gran capacidad para la negociación.
Por otro lado, Arthur Edens, es uno de los socios destacados de la firma y amigo de Michael, y lleva años defendiendo a una gigante empresa a la que se le acusa de provocar muertes y enfermedades en una comunidad rural por el uso de productos cancerígenos. En un brote de su enfermedad psiquiátrica, Arthur decide cambiar de lado y pretende encabezar la demanda de los afectados, generando el comprensible caos, tanto en el bufete para el que trabaja como en la mega-compañía defendida. Y la disyuntiva que se le plantea a Clayton será el eje en torno al que girará toda la película, ya que debe decidir entre ayudar al bufete a desactivar la amenaza que supone Edens, o unirse a la causa de éste y enfrentarse a un sistema protector de la injusticia cuando se trata de defender a grandes corporaciones que no miden consecuencias con tal de llevar adelante sus millonarios negocios.
Contada con un formato de flashback en su gran metraje, "Michael Clayton", de Tony Gilroy, es una interesante película, de esas en las que uno se involucra durante un par de horas con un caso judicial en particular ("Erin Brokovich" es otro ejemplo similar, no casualmente dirigida por Steven Soderbergh, aquí uno de los productores ejecutivos junto a Clooney) y con buenas actuaciones, ninguna descollante, salvo la de Tom Wilkinson.
Si bien es apasionante el malévolo personaje de Tilda Swinton como Karen Crowder, la responsable jurídica de la empresa acusada, que se vale de todo para no permitir que la imagen de la empresa se vea manchada, no parece ser una interpretación para un Oscar. Seguramente, los votantes, se hayan visto entusiasmados por algunas escenas que el director no elipsa, y es cuando Karen se prepara en soledad para los discursos que debe dar en el marco de la empresa, eligiendo con cuidado su vestimenta, sus movimientos corporales y sus palabras, "actuando" en el espejo el discurso que en breves minutos debe dar. Otro acierto es mostrarla vulnerable cuando se ve atrapada por difíciles y determinantes decisiones que debe tomar. Swinton le presta al personaje su presencia y profesionalismo de siempre, pero es Gilroy quien ha ayudado más a su lucimiento, eligiendo mostrar la vida íntima del personaje, esos momentos que sólo los espectadores y el mismo personaje conocen, dotándolo de la humanidad que, en este caso, pareciera no tener.
Acostumbrado a trabajar en los bodrios de la saga de Ocean´s (eleven, twelve, thirteen y ¿siguen?) George Clooney sale airoso, no tanto por dar una gran interpretación, también sobrevalorada para los Oscars, sino por comprometerse justamente con estos papeles algo más interesantes que los anteriormente nombrados.
Posiblemente decepcione a más de uno el anodino final, cargado de cierta moralina (habría que ver si no exisitió un alternate ending – final alternativo, más acorde con ciertas realidades conocidas, y desconocidas también), pero "Michael Clayton" entretiene y permite cierta reflexión, aunque no deja de ser un filme pasajero que sobresale solamente por la gran publicidad obtenida ante la cantidad de oscarizadas nominaciones alcanzadas.
Espectacular tu crítica!!!
ResponderEliminarCarla