Frecuentemente sucede que las historias cinematográficas son más interesantes por cómo están contadas, más que por la temática tratada, haciendo, entonces, que el producto en cuestión resulte mucho más valioso: la forma por sobre el contenido. “Atonement” (tal como reza su título original) tiene mucho de esto. El modo en que está narrada esta clásica historia de un amor puesto a prueba de todos los contratiempos, hace crecer el filme al nivel de una gran película épico-romántica.
Una mansión de la Inglaterra de 1935 es el escenario que presenta a Cecilia, la veinteañera hija mayor de una familia de clase alta que coquetea con Robbie, el hijo de una de las criadas, un joven que se preocupa por su futuro y se propone estudiar medicina. Ensayando en su máquina de escribir una carta con corte sexual para su enamorada, Robbie olvida romperla y llega por error a manos de Briony, la astuta hermanita menor de Cecilia, una aplicada escritora en ciernes que, a partir de su lectura, imaginará un perfil del muchacho que dista de la realidad.
Un confuso episodio de abuso en la residencia hará que Briony saque conclusiones apresuradas y culpe del malentendido a Robbie, vengando, tal vez, la poca atención que éste le dispensa, dada la relación que tiene con su hermana mayor. Así, Robbie va a parar a la cárcel, minando toda posibilidad de que el floreciente romance con Cecilia siga su curso.
Con el paso de los años en la historia, el tono del filme cambia por completo y se convierte en una epopeya bélica en donde Robbie (habiendo optado por enlistarse en el ejército en lugar de seguir encerrado) se encuentra en el campo de batalla en la costa francesa durante la guerra, padeciéndola física y emocionalmente. Mientras, Cecilia y Briony, por separado, cumplen tareas de enfermería, ayudando a los combatientes. El escenario ha cambiado y los jóvenes que supieron divertirse en la campiña inglesa ya no son los mismos y se nota en sus rostros donde las sonrisas desaparecieron hace mucho tiempo.
El filme tiene una primera hora estimulante, donde se dan a conocer a los personajes y sus relaciones, principalmente las del terceto protagonista, donde el calor hace latir los corazones de los adolescentes enamorados y rugir el de la pequeña Briony. Con el acontecer de la historia en su segunda parte, y especialmente en el final, hallamos que en realidad no ha existido malicia en la niña, sino que ha actuado como una jovencita que no supo medir las consecuencias de sus acciones. De hecho, a lo largo de su vida arrastra un sentimiento de culpa que se visualiza a la perfección en la brillante conclusión, con un inesperado giro a cargo de la gran Vanessa Redgrave, que dota al filme de un meritorio cierre, generando la reparación o enmienda de culpa a la que hace referencia el título (si realmente es posible).
En lo formal, a lo que se hacía referencia al comienzo de estas líneas, “Expiación…” cumple sobradamente, no solamente por el típico brillo que suelen tener estas superproducciones en cuanto a fotografía, vestuario, escenografía, maquillaje y todo lo concerniente al diseño de producción; por un lado asisitmos a un largo plano-secuencia de cinco minutos rodado en la playa francesa de Dunkerque con centenares de extras en constante movimiento, logrando un exquisito trabajo de steadycam.
Por otro, el montaje tiene especial presencia en la narración; algunos sucesos llegan al espectador desde una doble mirada: se los representa dos veces. Desde los ojos de la pequeña Briony detrás de una ventana, un encuentro cerca de la fuente de la mansión entre Cecilia y Robbie tiene un significado, demasiado diferente al real, el que vemos segundos después. Lo mismo sucede con la erótica escena en la biblioteca que, para la vigilante mirada de Briony, adquiere un cariz siniestro.
Si bien James McAvoy y Keira Knightley como los jóvenes enamorados conmueven con sus actuaciones (especialmente el primero), es la ascendente Saoirse Ronan que brilla y se destaca como la agitada Briony, tanto o más que en otro filme en la que se muestra muy diferente (como la hija de Michelle Pfeiffer en la comedia “El novio de mi madre”). La acertada elección de Redgrave como la Briony adulta (y no sólo por el extraordinario parecido físico) da una magistral conclusión, que deja un innegable gusto amargo cuando las luces se encienden…
Coincido en general, considero que lo más logrado de la película es el manejo de los distintos tiempos. Sin embargo, "hallamos que en realidad no ha existido malicia en la niña, sino que ha actuado como una jovencita que no supo medir las consecuencias de sus acciones" no me parece así.
ResponderEliminarAl que no vió la película NO SIGA LEYENDO!
Hacia la segunda parte de la película tenemos un flashback en el que descubrimos que efectivamente Briony había visto al verdadero culpable perpetrar el crimen de abuso contra Lola.
PD (respecto de la Encuesta 20): El que votó Titanic de entre esas películas es un hereje.
ResponderEliminarGracias por el comentario altermarianita!
ResponderEliminarY al que le gustó TITANIC lo banco!! jeje!!
Ya que estamos, me gustaría que te pegues una vueltecita :)
ResponderEliminar